domingo, 21 de febrero de 2016

Liderazgo emocional.

Los procesos de selección deberían de ir orientados a la evaluación de las competencias emocionales de los candidatos más que a sus conocimientos o y/o experiencias.

Según un informe de Adecco, 1 de cada 3 empleados buscan otro trabajo activamente y Randstad afirma que según su encuesta, el 9% de los españoles ocupados, cambiaron voluntariamente de empresa en el 2015.

La encuesta de Infojobs va en el mismo camino, el 37% de los trabajadores se han incorporado a su puesto el último año y Sarah Harmon, directora de Linkedln afirma que muchos trabajadores están aguantando en sus empresas pero que en cuanto el mercado laboral se recupere se van a lanzar al cambio.

¿Los motivos?

La mayoría de los directivos piensan que “fuera” encuentran mejores ofertas económicas que en sus actuales empresas, pero posiblemente reducirlo a esto, sería bastante simplista.

Según Leigh Branham, autor del 7 razones ocultas por los que los empleados se van (está en su segunda edición), no son otras que falta de reconocimiento, trabajos que no llenan, falta de oportunidades, malas prácticas de gestión, liderazgo falto de confianza y culturas laborales disfuncionales.

Nicolás Ramiro director general de Great Place to Work afirma que la antítesis del gran lugar para trabajar, desde el punto de vista del empleado, sería aquel en el que no se confía en las personas, no se siente orgullo por lo que se hace y no se disfruta de los compañeros.

También afirma que lo que más valoran los empleados por encima de cualquier otra práctica es que los líderes deleguen, transmitan confianza, sean competentes,   cercanos e íntegros

En este entorno, las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad del liderazgo emocional frente al tradicional jefe autoritario o incluso el mero gestor.

“Es imposible liderar a otros si no has aprendido a liderarte a ti mismo”
Nelson Mandela

Algunos rasgos de un líder emocional:

-       Saben conectar con la gente. Son accesibles, todo el mundo es digno de su tiempo y atención.
-    Son positivos, ven la botella siempre medio llena, se implican y saber transmitir su positividad.
-       Son íntegros y coherentes, cuando dicen algo es porque pueden hacerlo.
-    Sienten pasión por lo que hacen. Tienen los objetivos claros y saben transmitirlos, confiando su equipo en poder alcanzarlos juntos.
-       Dicen “Nosotros”.
-       Ayudan al desarrollo profesional de su equipo. Reconocen tus triunfos, pero también tus fracasos y te ayudan a analizar el por qué.
-       Son flexibles y están abiertos a nuevas propuestas.
-       Se disculpan cuando deben hacerlo.

Las empresas que quieren retener o atraer el talento deben de contar con este perfil profesional, personas que se preocupan de personas, que saben que son el principal capital de la empresa.

Se puede copiar una estrategia, una máquina, una idea, pero lo que realmente marca la diferencia, la huella digital de una organización es el talento humano que la compone.


Porque, no nos olvidemos, todos tenemos talento, y posiblemente la misión más importante de un líder es saber identificarlo y ayudar al desarrollo del mismo en cada uno de los miembros de su equipo.