El término otaku (おたく/オタク?) se emplea popularmente en Japón como
sinónimo de persona con
aficiones obsesivas y se
aplica a cualquier tema o campo ("otaku de la música", "otaku de
las artes marciales", "otaku de la cocina", etc.)
Cada vez estoy más convencido de que todo es un
poco más fácil de lo que parece, pero claro, lo sencillo o simple no vende.
Hace años ley un libro muy recomendable: El
Poder de lo Simple, de Jack
Trout. (Mc Graw Hill, 2004 edición traducida).
Y creo que se me quedo grabado a fuego, tal vez
porque en el fondo tenía ese presentimiento o sensación y Jack Trout, autor
entre otros de Las 22 Leyes Inmutables del Marketing, o Posicionamiento, vino a confirmármelo.
A confirmarme que todo es más simple y sencillo
de lo que lo planteamos. La verdad es que podríamos decir que entronca con otro
de los principios que suelo llevar en mi bolsillo; La Navaja de Ockham, según el cual, en igualdad de condiciones, la
explicación más sencilla suele ser la correcta.
Así que sí, soy “un simple”. Algo que no todo el
mundo está dispuesto a reconocer, ya que, en la sociedad actual, parece denotar
una cierta falta de intelectualidad o inteligencia. Carencias en general.
Una de sus frases que más me impactaron es: “Desconfíe
de alguien a quien no entienda”. Así sin más. Simple y llanamente.
¿Qué hubiera pasado con muchos de los productos
financieros que se vendían en la reciente época dorada que acabamos de pasar,
preferentes, títulos, CDS y CDO y otros tantos? Pocos los entendían y muchos
los compraban.
Esta estrategia la sigo para todo en mi vida, y
por supuesto para mi segunda pasión, las primeras son mi mujer e hija, el
marketing.
En marketing me gustan las ideas sencillas.
Confío mucho más en que para crecer es mejor
conocer a mis clientes, su nombre, gustos, aficiones, recordar la última compra
que hicieron, y algunos otros pequeños detalles de su vida cotidiana, que vivir
la ilusión que al aplicar una compleja fórmula matemática, mis ventas se van a
disparar.
Marketing relacional se le llama ahora. Y
funciona, ¡ya lo creo que funciona!
También se le llama en muchas ocasiones “poner el foco en el cliente” o que son “empresas enfocadas al cliente”.
¿Claro y donde se van a enfocar si no? Si todos
generamos productos y servicios que vendemos, o lo intentamos, a terceros,
nuestros clientes, es obvio que ellos deben ser nuestro principal valor,
“preocupación”, dejémoslo en ocupación.
Jack Mitchell, de Mitchells y Richards, también
lo tiene claro, y su estrategia es Abrazar
continuamente a sus clientes. Así ha conseguido superar los 65 millones de
dólares en ventas. ¿Que vende? Tienen 2 tiendas de ropa.
Pero para llegar aquí, tienes que sentir pasión
por lo que haces, por la atención a tus clientes y el contacto humano. Lo que
los japoneses llaman Otaku.
Esa pasión casi obsesiva por satisfacer y
sorprender a tu cliente día a día, en cada oportunidad que se te presenta o que
generas.
No todo el mundo puede o debe ocupar un puesto de
contacto o atención al cliente, a cada colaborador hay que saber ubicarlo según
sus cualidades y no podemos pretender cambiarlos.
Pero, la posición de contacto con el cliente es
una de las más estratégicas para cualquier empresa.
Y de ella deben ocuparse personas con otaku o como describe Ken Robinson, en
su libro El Elemento, que se sientan en él y que el estar en contacto con los clientes y ser excelentes en la atención a estos, les haga sentirse maravillosamente bien, en su elemento.
Como dicen en el Ritz-Carlton, “señores que
sirven a señores”
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