Después
de varias horas de reunión, fue en el aparcamiento y en dos minutos donde
decidimos que haríamos los próximos 6 meses.
Es probable que esto te
suene. Si bien podría ser el principio de una novela, bestseller a ser posible,
probablemente habrás vivido alguna experiencia similar.
¿Quién no ha estado en largas y tediosas reuniones,
donde pasaban las horas hablando sobre “el sexo de los ángeles”, mientras
algunos nos preguntábamos si aclararíamos algo?
Pues de esta situación también
tiene la culpa el señor Murphy y sus famosas leyes.
En este caso hablamos de una
ley de Murphy poco conocida, la Ley de la Trivialidad.
Según esta ley, dedicaremos
mucho más tiempo a las decisiones triviales, como donde ir a comer o qué hacer
con la fotocopiadora, que a decisiones tipo donde invertir una cantidad
importante de dinero, o una decisión estratégica importante para la empresa.
¿El motivo? En el análisis
de las decisiones estratégicas nos plantamos ante un horizonte temporal
incierto, lleno de variables, en ocasiones difíciles de predecir. El futuro en
ocasiones, no se presenta tan revelador como quisiéramos.
Por otro lado, las
decisiones triviales, se ofrecen a un análisis más detallado y minucioso, lo
cual da una sensación de control sobre ella, eliminando la desagradable
sensación de incertidumbre.
Obviamente, debemos de desafiar a la ley de la trivialidad y
dedicar más tiempo a las decisiones de mayor peso o relevancia estratégica para
la empresa.
Pero, ¿cuáles son las decisiones
estratégicas a las cuales hay que prestar más tiempo, las más estratégicas?
Panjak
Ghemawat, (@PanjakGhemawat) profesor de IESE y autor de World
3.0, las decisiones estratégicas son aquellas más irreversibles, las que
determinan un mayor compromiso.
Así que sigue el criterio de
irreversibilidad. A medida que las decisiones tomadas sean más permanentes, sea
menos reversibles, mayor es su importancia estratégica.
Por ejemplo, a nivel
particular, la decisión de donde comprarnos una casa, la zona, tipo de
vivienda, etc., para nosotros tiene una importancia estratégica muy alta, pues
salvo que seas millonario, una vez realizada la inversión, será difícil
revertir la decisión.
Si lo piensas, posiblemente,
y en proporción, hayas dedicado mucho más tiempo a otro tipo de decisiones a
que esta.
Igualmente pasa cuando nos
proponemos estudiar un máster o una carrera, de la cual dependerá nuestra vida
profesional.
A nivel de empresa, hay
muchas decisiones totalmente reversibles, aún con un coste pequeño, frente a
otras de mucha mayor importancia de las cuales no podremos dar marcha atrás o
supondrá incurrir en altos costes.
En mi caso, actualmente
estamos buscando una nueva sede, con todo lo que ello conlleva, y aún no tengo claro que le estemos dedicando el
tiempo que requiere.
Posiblemente una mala
elección del local, que no se adecue a nuestras necesidades, nos generará un
gran trastorno, y elevado desembolso económico e incurrir en costes hundidos.
Pero si pensamos en una gran
empresa y lo que está decidiendo es su internacionalización o/y la ubicación de
una nueva planta de producción, una de las decisiones más irreversibles en este
sentido, será, no la compra del terreno, si no la ejecución de las
instalaciones.
Así que en tus próximas
reuniones recuerda, si pasáis media mañana hablando de temas de poca
importancia y demorando las decisiones más importantes, Murphy y sus famosas leyes, también “tienen la culpa” de ello.
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